«Les escribo con el corazón roto y la profunda esperanza de que se unan a mí para proteger del talibán a mi hermosa gente, especialmente a los cineastas afganos», escribió el pasado 13 de agosto la directora, documentalista y productora de cine, Sahraa Karimi, en su cuenta de Twitter, espacio donde adjuntó una carta abierta dirigida a la comunidad mundial cinematográfica a quienes clamó por ayuda para las y los artistas tras la llegada de los talibanes a Kabul. «Por favor, no se queden callados. Vienen a matarnos», imploró.

De madre y padre afganos, Sahraa Karimi (Teherán, 1985) ha hecho toda su carrera como realizadora en Afganistán, convirtiéndose en una de las referentes más importantes de la industria fílmica en ese país y la primera y única mujer con un doctorado en cine en esa nación. Actual directora general de la compañía cinematográfica nacional Afghan Film, Sahraa organiza todos los años un festival de cine en la Universidad de Kabul, instancia donde abre espacios a historias independientes que marquen la diferencia con el régimen político imperante en la cultura afgana.

Tras tomar la decisión de volver a su país luego de sus estudios en Europa, los ojos de la cineasta se posaron sobre las mujeres afganas a través de películas y documentales que relatan cómo es vivir en medio de uno de los países más complejos del planeta. Su filmografía está compuesta por tres grandes entregas: Afganske zeny za volantom (2009), Parlika (2016) y Hava, Maryam, Ayesha (2019), esta última fue exhibida en el festival de cine de Venecia en 2019 y cuenta el drama sobre el embarazo y el aborto en Afganistán a través de una historia que fue aplaudida por los asistentes.

Tras su llamado por ayuda, Sahraa Karimi logró abandonar Kabul para establecerse en un lugar seguro. «Estoy viva y segura», posteó en Twitter.