Foto: Dennis Novak

Entre 1942 y 2011, el diseñador gráfico norteamericano Bill Gold logró que sus carteles fueran tan importantes como la mayoría de los clásicos que promocionaron. Siete décadas de imágenes que han quedado grabadas en la historia del cine y que quedarán como legado tras su fallecimiento este domingo 20 de mayo a la edad de 97 años.

Aunque su primer afiche fue para el musical Yankee Doodle Dandy (1942) de Michael Curtiz, fue con otra película del mismo director, y del mismo año, Casablanca (1942), que capturó la atención de la industria del cine,  firmando afiches en clásicos como El Sueño Eterno (Howard Hawks, 1946), El Príncipe y la Corista (Laurence Olivier, 1957), Quién le teme a Virginia Woolf? (Mike Nichols, 1966), El Exorcista (Willian Friedkin, 1973) y Alien (Ridley Scott, 1979), en una lista interminable que incluye directores como Roger Vadim, Sam Pekinpah, Peter Yates, Federico Fellini, George Stevens y Oliver Stone.

Sin embargo, hay directores con los que trabajó en muchas películas, como Alfred Hitchcok en La Soga (1948), Extraños en un tren (1951) y Crimen perfecto (1954), entre otras; con Eliza Kazán en Un Tranvía Llamado Deseo (1951), Al Este del Edén (1955), Gigante (1956), por nombrar algunas, y Stanley Kubrick en La Naranja Mecánica (1971) –no el que todos conocemos de Phillip Castle (Bowie, Rolling Stones, Pulp), sino uno que no se utilizó comercialmente- y Barry Lyndon (1975).

«Con Bill, sabía que traería ideas geniales, y que el póster que crearía sería una cosa menos de la que preocuparse. Respetaba la película, respetaba la historia y respetaba lo que estábamos intentando conseguir», señaló Clint Eastwood,en la introducción del libro Bill Gold PosterWorks (2010).

Con el actor tuvo la relación creativa más fructífera, comenzando con películas que protagonizó, como Harry el sucio (Don Siegel, 1971), hasta gran parte de su filmografía como director, entre ellos en Bird (1988), Los Imperdonables (1992), Los Puentes de Madison (1995), Río Místico (2003) y J.Edgar (2011), su último trabajo realizado años después de anunciar su retiro.

Revisa parte del asombroso trabajo de Bill Gold