«No sé si he cambiado, pero sí sé que soy una persona más feliz con lo que hago», dijo David Lynch en una transmisión vía streaming que se realizó el pasado 6 de junio en el Teatro IF (ex Italia) y que congregó no sólo a seguidores de uno de los más importantes íconos del cine, sino que también a los interesados en la innovación y emprendimiento.
Las palabras del director de películas como Erasehead (1977) y Blue Velvet (1987), y de la serie Twin Peaks (1990-1991, 2017), estuvieron enmarcadas en el lanzamiento de la versión 2018 de Cambiando Mentes Cambiando Mundos (CMCM), «programa que articula la colaboración entre actores que buscan un mejor futuro para Chile, detectando soluciones a los problemas más relevantes del país», uno de ellos relacionados a cómo la creatividad nos puede ayudar a avanzar como país.
¡Y qué mejor invitado que David Lynch! Como anillo al dedo, sin duda, porque este cineasta estadounidense es ducho en cuanto a creatividad y a cómo dar vida a proyectos basándose en las buenas ideas; después de todo su filmografía completa está hecha en base a conceptos poco convencionales, «rarezas» que para muchos son muy difíciles de digerir y para otros verdaderas genialidades imposibles de replicar.
En esta ocasión, el padre de The Elephant Man (1980) entregó mucho más porque sumó un ingrediente clave: la meditación trascendental, disciplina que practica desde hace más de 30 años y que, según sus palabras, le ha traído muchos beneficios para su arte que, recordemos, no solamente tiene que ver con el cine, sino que también con las artes plásticas, su primer amor, y la música.
Como una manera de comunicar sobre las bondades de esta meditación, Lynch creó una fundación que tiene como propósito trabajar con colegios en la mejora de los aprendizajes y desarrollo de habilidades de los estudiantes a través de la disciplina, que básicamente consiste en la repetición de mantras y el ejercicio de la respiración.
En Chile, este proyecto se concretó en el colegio Alberto Blest Gana de la comuna de San Ramón, cuyo equipo directivo y profesores, interesados por el desarrollo integral de sus estudiantes, adoptaron en 2017 la meditación como una práctica que ha ayudado a niños y jóvenes a mejorar su rendimiento académico, tener mejores relaciones interpersonales, sentirse tranquilos y capaces de controlar emociones negativas, etc.
«Si no trasciendes todos los días, te quedarás básicamente en el mismo lugar. Dicen que la evolución es una línea levemente inclinada y cuando comenzamos con la meditación, esta línea se va hacia arriba, avanzamos rápidamente y eso sirve para nuestro trabajo: conseguimos más ideas, tenemos más energía, nuestra creatividad fluye, la inteligencia aumenta, nos sentimos mucho mejor. Así es que aprendan, trasciendan y luego hagan su trabajo», manifestó a los asistentes.