Noventa y siete años. Esa es la edad que este 29 de agosto cumplió Iris Apfel, (Queens, Nueva York, 1921), icono del buen estilo y una de las mujeres más atractivas en el mundo de la moda. Sus extravagantes atuendos, enormes accesorios y «maxi» anteojos son, a estas alturas, un sello que sin duda pasará a la historia.

Un documental, un libro, una exposición con más de 900 artículos de su clóset en el Museo Metropolitano de Nueva York, premios y una muñeca Barbie que la emula. Esos son algunos de los productos que nacieron a partir del estilo de Iris, descubierta recién en sus ochentas y luego de transitar un camino largo que comenzó cuando era una estudiante de historia del arte, continuó en su labor como destacada decoradora de interiores junto a su marido, Carl Apfel (1914-2015) y se afianzó al establecerse como una famosa socialité y un verdadero imán para las marcas de moda más destacadas.

«Mi esposo y yo nos reímos todo el tiempo de mi fama. No estoy haciendo nada diferente de lo que hacía hace setenta años y de repente soy tan cool y estoy tan de moda. Soy una estrella geriátrica. Soy la adolescente más vieja del planeta», comenta Apfel en el filme estrenado en 2014.

Esta influencer innata es realmente una leyenda viva, alguien que sin proponérselo se ganó un lugar relevante en los medios especializados, compra su ropa y accesorios en la venta de productos de segunda mano y aún así los viste como si fueran exclusivos modelos; no es amiga de la tecnología, pero podemos saber de ella a través de su cuenta de Instagram, es capaz de armar un atuendo increíble en un par de segundos y llena de luz cada lugar al que va.

Iris Apfel es, sin duda, una verdadera señora que inspira. «Para mí, estilo es sobre todo actitud. No tiene nada que ver con la cantidad de dinero que posees. Conozco a muchas personas con toneladas de dinero que no tienen estilo y personas sin dinero que van increíbles. Es la forma de pensar sobre ti. Tener curiosidad acerca de uno mismo. Lleva tiempo. Debes conocerte y saber que no importa lo bella que sea una prenda. Si no te sientes cómoda en ella, parecerá que la has tomado prestada. Tratar de copiar el look de alguien es una tontería».