Foto: Paloma Pérez A.

A fines de mayo, el músico chileno Leo Saavedra -ex líder de Primavera de Praga- dio a conocer «Azul Marino», el nuevo single de su próximo álbum, el sucesor de Selfie (2015), su disco debut como solista.

En conversación con Quid.cl, Leo contó acerca de la génesis de esta canción diciendo que su objetivo era «hacer algo nocturno porque la tonalidad de la música es menor, sombría. Es un caminante nocturno cuya inercia es fuerte como la de un tren. No lleva linterna porque ya no teme tanto y ya pasó por los lugares más oscuros que en su momento odió. Ahora los recuerda con cariño porque aprendió de ellos».

Tras cuatro años desde Selfie, ¿cómo sientes las canciones que compondrán tu nuevo trabajo? ¿Existen diferencias en, por ejemplo, melodías y contenidos que te permitan ver diferencias entre un trabajo y otro?

Las canciones que estoy haciendo últimamente no son tan densas emocional o filosóficamente porque lo que pretendo es deprimirme mucho menos que antes. Siempre está la búsqueda de alguna belleza transversal, sobre todo en la melodía y los acordes. Para los demás, los temas nuevos están sonando distinto, pero para mí, no tanto.

En este nuevo disco, ¿hay músicos invitados?, ¿con quiénes estás tocando en vivo?

Por ahora he grabado sólo el single «Azul Marino» y ahí la batería la tocó «Rocky» (el baterista de mi banda). También estoy tocando con Diego Peralta en bajo y Daniel Baeza en teclados (ex Primavera de Praga).

Azul Marino: lo que manda es la canción

La canción «Azul Marino» vio la luz a través de distintas plataformas y, junto con ella, también se estrenó su videoclip, un registro a cargo del estudio cinematográfico Praxinoscopio Films, dirigido por Martín Pizarro (Crisis, 2017), y protagonizado por la actriz Consuelo Carreño (Mary and Mike) y el actor Juan Cano (La isla de los pingüinos) que narra, en aproximadamente tres minutos, la historia de una joven pareja que tras una discusión roba una pequeña caja que contiene al océano en su interior.

Pizarro comentó que la creación del videoclip «fue un trabajo en conjunto con Leo, porque pese a que Praxinoscopio Films nos dio la libertad creativa para escribir el guion, al final la historia tiene mucho que ver con lo que el músico quería reflejar y las melodías que la canción propone», agregando que por esa razón «la historia puede ser un poco abstracta a ratos, porque lo que manda es la canción por sobre los aspectos dramáticos y estructurales».

¿Cómo surgió la idea de vincular la canción con la imagen del mar «encerrado en una caja»?

Las imágenes nos llegaron de manera natural junto con la canción, y hablando con Leo, el mar significó unión y tranquilidad, cosa que todo el mundo quiere (y que en nuestro videoclip, ¡incluso es robable). Por eso los personajes están tan peleados al comienzo y tan tranquilos al final, admirando lo que se les perdió y lo que carecían.

Desde hace un tiempo el formato del videoclip volvió a agarrar fuerza y muchos realizadores retomaron el desarrollo de estas piezas audiovisuales. ¿Cómo ves este nuevo auge?

Creo que el videoclip es una manera de ser libre, porque -pese a que no es una ciencia exacta- el cine tiene reglas que en el videoclip uno puede romper en función de lo que proponga la canción. Es muy lindo el aspecto de laboratorio que uno puede darle al formato, uno aprende de las experimentaciones y los nuevos trabajos, y por eso mismo estoy admiradísimo de la nueva generación de videocliperos como por ejemplo de Camila Grandi o Lucas Quintana, dos jóvenes exponentes a los que hay que ponerle ojazo.