La capital de Islandia, Reykjavík, fue designada como ‘ciudad de la literatura por la UNESCO’ en 2011. Un título que parece tomar más protagonismo en navidad, ya que en el país del noroeste de Europa dejan en segundo plano los juguetes, la ropa y la tecnología para concentrarse en regalar libros.
Se trata de Jólabókaflód, o “Inundación de libros antes de Navidad”, tradición de más de 80 años que concentra la publicación literaria y actividades asociadas durante los últimos meses del año, entre ellas la entrega en cada hogar del Bókatíðindi, un catálogo de publicaciones. ¿El resultado? Un 60 a 70% de las ventas se realizan durante esta temporada.
“La cultura de regalar libros está muy enraizada en cómo las familias perciben las navidades como vacaciones: más tiempo para leer. Habitualmente, intercambiamos los regalos en la noche del 24 y la gente pasa la noche leyendo sus estrenos”, explicaba Kristjan B. Jonasson, la presidenta de la asociación de editores de Islandia.
No es un fenómeno muy extraño para un país de aproximadamente 330 mil habitantes que suma más de un millón de préstamos anuales en bibliotecas, y que siempre encabeza rankigns mundiales asociados a la lectura, entre ellos los de número de escritores, libros publicados y leídos por persona.
Existe una explicación histórica para el fenómeno: durante la II Guerra Mundial el papel era una de las pocas importaciones que no tenían un control tan estricto, lo que llevó a desarrollar una industria editorial y transformar a los libros en un regalo económico y también en una tradición.